Monumentalidad, piedra hecha arte, palacios señoriales y, sobre todo, un fiel reflejo de la riqueza religiosa. Así podría describirse Osuna, con un entramado de calles que se remonta al s. XVI y uno de los cascos históricos mejor conservados de todo el país.
Resulta difícil hablar de Osuna cuando son tantos los artistas que han reflejado en sus obras la belleza de una ciudad tan rica en historia y tradición. Deambular por sus calles supone embarcarse en un hermoso viaje a través del tiempo. Testigos mudos del paso de los años, los impresionantes edificios que los antepasados dejaron en herencia a la Villa conviven hoy con los avances que el actual devenir de los tiempos ha traído consigo.
Historia y progreso. Una combinación que hace de Osuna un lugar no sólo hermoso, sino acorde con la época en que vivimos. Pero conocer Osuna supone también conocer a las gentes que hacen posible la conservación de tan valiosos tesoros y que contribuyen con su buen talante a que la ciudad siga siendo una joya en el corazón de Andalucía.
Ni el más extraordinario artista de todos los tiempos sería capaz de plasmar en lienzo o en papel todas y cada una de las sensaciones que experimenta el visitante.